05/04/2016

ENTREVISTA A NATALIA VILLOTA

Natalia, en su salsa, rodeada de sus niñas
Hoy presentamos a una mujer que ha hecho del baloncesto su vida o al menos una parte muy importante de ella. Nacida en Bilbao allá por 1972, como ella misma nos cuenta, toma contacto con nuestro deporte a una edad, tal vez un poco tardía. Sin embargo nunca ha dejado de estar vinculada al basket bizkaino.

Comprometida al 200% con la A.D. Escolapios donde desempeña la labor de coordinadora, entrenadora, responsable de relaciones con la Federación Vizcaína y alguna tarea más, llevamos tiempo dándonos cuenta de la importancia de su figura como promotora de baloncesto entre la cantera de Escolapios. La vemos en muchos clinics, lo que denota un ánimo de aprendizaje y mejora, pero sobre todo vemos a sus jóvenes equipos de chicas, en torneos amistosos, en partidos de categorías superiores etc. Esa promoción que toda cantera necesita para aprender a querer este deporte es una de las señas de identidad de nuestra invitada de hoy. Con todos ustedes, Natalia Villota Enbeita,

¿A qué edad y como tomas contacto con el baloncesto?

Mis comienzos fueron en el colegio ,8º de E.G.B, han pasado años! Pero realmente, la primera toma de contacto seria fue en el instituto. Recuerdo que no sabía ni hacer una entrada, madre mía! Todas eran mejores.

¿Por qué empezaste a jugar?

La verdad es que no lo sé, nadie de mi entorno hacia deporte. Todas mis amigas me decían que lo dejase, todo el día con moratones, esguinces pero… como soy cabezota pues nada, hasta los 36 años.

¿Cuántas temporadas jugando y dónde?

Jugué durante 16 años, se dice pronto! En Txurdi Behekoa tres temporadas, siete en C.B Otxarkoaga, cuatro de ellas en 2ª división femenina, continué dos más en Escolapios y cuatro en provincial, aquí mismo.

¿Cuál es tu primer recuerdo como jugadora?

Las horas que me hacían pasar en Txurdi Behekoa con algunas más mayores jugando 1x1, un infierno. Los rituales antes de los partidos también eran muy graciosos.

¿Cuál ha sido tu posición de juego, ¿siempre has jugado en esa posición?

Aunque no lo parezca, pívot. Era lo que más me gustaba y donde más a gusto me encontraba, aunque de vez en cuando ya daba algún susto a Aitor Uriz con mis contraataques.

¿Cómo te definirías como jugadora y cual era tu carácter como jugadora?

Era una burra, había que ganarse los minutos, no como ahora que parece que es obligatorio repartirlos. Técnicamente no era buena pero todo sacrificio, mi fuerte era el rebote, la defensa y con lo que más disfrutaba, era dando asistencias. Recuerdo que me encantaba. Solía dar un poquito de leña y a los árbitros no les protestaba mucho pero sí que les ponía caras, lo típico!

¿Qué recuerdo guardas de los primeros entrenadores que tuviste?

Uf, los entrenadores! La verdad es que de todos me he guardado algo. Tuve la suerte de tener grandes entrenadores, Jaime Altuna, “Botijo”, Fernando, Txutxi, Mikel Prado, Julen, Carlos Nebreda, Alberto Gutierrez, Alberto Ibeas, Aitor Uriz y se me olvida alguno. ¡Ahora les entiendo!

¿Cuál o cuáles son los clubes, o club de tu vida y por qué?

Los tres se merecen ser nombrados, en Txurdi Behekoa me hicieron que disfrutara del baloncesto y me formaron, en C.B Otxarkoaga viví buenísimos años, era una gran familia también pero en Escolapios, sudé mis últimas camisetas, comprobé la sensación que uno tiene cuando te dicen, no puedes seguir, te has roto. Escolapios me dio la oportunidad de comenzar una nueva etapa.

Ahora entrenas. ¿A qué equipos?

No he dejado de entrenar desde 1999. Actualmente estoy con tres equipos femeninos, minis, infantiles y cadetes.

¿Cuándo decides ser entrenadora y por qué?

La verdad, me engañaron me imagino porque recuerdo que no quería hacer el curso. Jugaba en Otxarkoaga y era un jaleo. A la siguiente temporada, estando aun allí, Carlos Nebreda, me insistió para entrenar en Escolapios. ¡Lo mejor que pude hacer!

¿Cuál es tu filosofía como entrenadora?

Me gusta que los equipos que entreno sean un gran equipo de personas con valores. Que entiendan que a cada uno se le debe exigir un esfuerzo determinado, dependiendo de sus capacidades y así formar parte de un grupo donde sentirse a gusto pero siempre, siendo exigentes con ellos mismos. Deben entender que ese trabajo se verá reflejado, superándose ellos mismos como jugadores y como personas.

Sabemos que te preocupa la formación de los entrenadores. ¿Por qué?

Todos sabemos que el motor que mueve un Club son los jugadores que sientan que aprenden, progresan que alguien quiere sacar lo mejor de ellos, dotarles de lo más adecuado y para que eso suceda, hay que ayudar a los entrenadores a formarse. Es una labor, en la que se está poniendo mucha atención ahora que parece que está aflorando de nuevo, el gran espíritu que hay de Club.

En que se diferencian los chic@s de ahora a los de “antes”?

Bueno, antes no tenían tantas extraescolares, lo de ahora es impresionante. Tienen todos los días de la semana ocupados y si necesitan tiempo extra, lo restan al deporte. Por fortuna, son casos contados pero hay que recordarlo siempre a lo largo de la temporada. Yo siempre pido el mismo respeto al basket, como a una clase de inglés. Hay muchas personas que dedican su tiempo y merece implicación, por parte de todos.

Creo que los jugadores en general, son más listos que antes y saben lo que les pides. Tienen bastantes más aptitudes pero menos actitud.

¿Qué papel ocupan los padres de ahora en la forma que tienen los niños de practicar baloncesto?

Los padres en general son padres protectores, creo yo, que dan la opción que los críos decidan en todas las facetas. No está bien ni el que es muy autoritario y obliga a realizar una actividad que los críos no quieren realizar, ni el que pasa y deja a su hijo todos los sábados solo y se pierde su evolución como jugador y como compañero.Yo he visto de todo y da gusto cada vez que encuentras padres comprometidos con el equipo (no solo con su hijo).En este aspecto, personalmente, no me puedo quejar. Pero repito, casi siempre hay que recordarlo.

¿Hace esta circunstancia más difícil nuestro trabajo?

Hay entrenadores que prefieren no mantener ningún tipo de relación con los padres y dedicarse a los chavales, respetable. Yo creo que si se conoce un poco a los padres, sabrás el camino adecuado para tratar a los críos y poder sacar el máximo de ellos. El trabajo de un entrenador, nunca es fácil.

¿Cuándo no estás entrenando que sueles hacer, que aficiones tienes?

¿Cuándo es eso? La verdad es que siempre tengo algo pero en el poquísimo tiempo libre, intento seguir haciendo algo de ejercicio y descansar que los años no perdonan.

¿Cómo te organizas para llegar a todo?

Tengo la gran suerte de tener alrededor gente que te echa una mano y dos entrenadoras jóvenes, Lores Irizar e Itziar Aja que conocen mi forma de trabajar y lo exigente que soy en algunas facetas.

Para ese jugad@r que está empezando a dar sus pasos en el baloncesto, ¿Qué crees que es lo más importante que debe hacer para llegar a ser una buen jugador de baloncesto?

Yo siempre digo que lo primero que hay que hacer es enganchar a los críos y a los padres, en sus primeros años. A partir de ahí, ellos querrán trabajar, esforzarse por hacerlo mejor, formarse y comprometerse con sus equipos. Deben tener una actitud humilde. Si poseen parte de eso y les acompañan las aptitudes, seguramente lo logren.

¿Cuántos sacrificios has tenido que hacer?

Sacrificios! No tengo dedos para contarlos. La gente que me conoce, bien lo sabe. Muchos, en lo personal y profesional.

¿Merece la pena?

¡Por supuesto! La pena merece cuando aquello que haces te entusiasma y al final da sus frutos. ¡Hay momentos malos, claro! Pero mientras la mayoría de ellos sean buenos, te haga crecer como persona y ayudes a otras a que crezcan, siempre merecerá la pena.

Y para finalizar, ¿Cuál es tu opinión sobre Zona Bizkaina?

La verdad es que os sigo un poquito en las redes sociales. Sí que echo de menos, una vista más profunda al baloncesto de formación pero viendo el entusiasmo que ponéis lo hecho, bien esta!

Kepa Pacho

  • Email